Agosto ( moita jaita e moito viño)

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SALIDA JUNIO 2017

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Mayo ( choquitos onroad )

SALIDA MAYO 2017

 

Como todos los años, el primer domingo de mayo es el día de la madre, así que la salida este mes está condicionada por la comida que algunos celebran ese día.

A las nueve de la mañana, habíamos quedado en la Gasolinera de Mañufe, como siempre. Richi había anunciado que no asistiría, porque se iba a Jerez con su “otra” banda, y Javier, a última hora también envió un whatsapp comunicando su baja para el día de hoy. Yo Salí de casa en la 200, pero al llegar al semáforo de  A Xunqueira, la rueda trasera estaba floja y como no sabia el motivo de dicha “flojera”, decidí volver a casa y coger la 160… y los adhesivos identificativos de la banda, que llevaba con el propósito  de darle el suyo a Borja, se quedaron en la 200… la próxima vez haré la entrega… sorry.

A las nueve menos cuarto ya estábamos algunos repostando y preparados para salir. A las nueve en punto estábamos todos listos, pero… faltaba Carlos. Le llamamos por teléfono pero no respondía, lo que nos indicaba que estaría de camino (tarde, pero de camino). Sobre las nueve y cuarto, echando por tierra nuestra puntualidad, los nervios estaban a flor de piel (salimos? ..Donde está Carlos?... le esperamos? , aquí no se espera por nadie!… la puntualidad es norma!..).  Jose dio en el clavo, Carlos se equivocó de hora y, como no vino a la salida del mes pasado, aparecerá a las nueve y media…  A las nueve y veintisiete, ya no aguantamos mas y arrancamos dirección Ceasntes, con la intención de tomar unos chocos en El Mesón.

Al llegar a Patos, por la carretera de la vía, Mundo se paró en el semáforo, por que su teléfono estaba sonando. Era Carlos, que estaba en Mañúfe. Después de indicarle donde estábamos, reiniciamos la marcha a un ritmo lento, para pudiese alcanzarnos. A la altura de Canido, se unió al grupo, pidiendo disculpas por el error de horario y prometiendo pagar una ronda de vinos para que olvidásemos la afrenta (cosa que no cumplió).

Como anécdota, cuando pasábamos por la depuradora, nos cruzamos con Javier, que saludó efusivamente ante nuestras miradas extrañadas. Nadie supo de donde venía ni a donde iba… pero es Javi…

Una vez estuvimos todos juntos, por fin pusimos rumbo a Cesantes. Llegamos a “O Meson” sobre las once y nos instalamos en la terraza, dispuestos a tomar un vinillo y unos chocos.

La tartera de chocos era igual que la de la última vez que estuvimos allí, pero lo que venia dentro, no tenía nada que ver. Así como los bichos, eran de buena calidad, la salsa dejaba bastante que desear. No estaba ligada y los trozos de cebolla no estaban lo pochados que deberían estar, una pena!

Así que, como seguíamos teniendo ganas de unos buenos chocos, Carlos propuso llevarnos a “La cueva”, en la subida al aeropuerto. Cuando llegamos, estaba cerrado, había un señor echándole un vistazo a las jardineras y llegaban un par de coches. Nuestra sorpresa fue que el bar en cuestión, abre a las doce menos cuarto! (ni a las doce y media ni a la una…). Como faltaban cinco minutos, fuimos tomando posiciones en la mesa de piedra que tiene en la terraza.

A las doce menos cuarto en punto, se abrió la puerta y al rato salió la Señora para preguntarnos que queríamos tomar. Pedimos un par de chocos por barba y un par de jarras de tinto. Los chocos estaban espectaculares y el tinto muy bueno.

A esas horas el sol se encontraba el lo alto y el calor empezaba a apretar. Dimos cuenta de las tapas y después de un buen rato de charla y risas, decidimos arrancar para cumplir con los compromisos familiares. Aun así, los que íbamos en dirección a Gondomar, paramos en “El puente” un bar que hay al lado de la casa de Jose, donde nos pusieron unos callos de tapa que estaban muy buenos. Desde luego que para el poco tiempo que teníamos, lo aprovechamos muy bien, tanto en kilómetros como en paradas.

El día empezó raro, pero al final la salida resultó muy divertida. Espero que haya muchas mas como esta.

Saludos,

 

 

 

Abril (un pulpo inesperado)

Con el cambio de horario del fin de semana anterior, por fin salíamos a las nueve de la mañana, teniendo así mas tiempo para rodar y plantearnos vuelta un poco mas largas.

Dado el éxito de la reunión del martes, a la que solo acudimos Javi y yo  (creo que fue la reunión menos concurrida y mas corta de nuestra historia) no se había decidido ningún destino.

Como Carlos tenía una despedida de soltero en Madrid, Richi arrastraba la resaca de la reconquista, Diego tampoco podía venir y Cesarito últimamente, con el Ardora está muy ocupado, no pudimos contar con su compañía. Así que alii estábamos el resto, Manolo, Jose, Mundo, Ricardo, Javier, Borja y un servidor dispuestos a disfrutar de un domingo que se presentaba muy frio pero también muy soleado.

Después de discutir entre tirar hacia el Norte o hacia el Este, ganó el Este y decidimos ir a Salvaterra, a Casa Lino, que nosotros conocemos como “Callos con leche”, gracias a Cesarito que en una ocasión, acompaño con esta bebida un potente plato de callos….

Como llegamos demasiado temprano (eran las diez menos cinco), estaba cerrado a cal y canto. Así que decidimos rodar un rato mas, a ver si encontrábamos algún sitio abierto ya que el frio empezaba a hacer mella en nosotros. Nos dirigimos hacia Vilasobroso, con la intención de dar un rodeo y llegar a Arbo, parando antes en Leirado a entonar los cuerpos. Pero al pasar por Fiolledo, nuestro rastreador Javier, vio abierto un local con pota de pulpo a la puerta y decidimos parar.

Acertamos de pleno! Aunque el pulpo estaba aun en el trampolín para lanzarse a la pota, en la cocina humeaban las tarteras de callos y carne guisada, entre otras. Así que, primero pedimos unos callos acompañados de un vinillo tinto (excepto Javier, que siguiendo su tendencia, se inclinó por el blanco y Borja que no se separa de su café…). Las tapas eran de tamaño considerable (casi tan grandes como el buen trato recibido por parte de los propietarios), y aún así…. Pedimos carne guisada por que no podíamos irnos sin probarla(Los callos estaban tan buenos, que la carne no podría desmerecer).

En el fragor de la batalla culinaria, Mundo comentó que nunca le había coincidido una salida a Cortegada a tomar pulpo. Las miradas cómplices comenzaron, acompañadas de las sonrisas maliciosas… todos consultábamos el reloj y calculábamos la distancia… hasta que alguien pronunció las palabras mágicas “no hay güebos…”

Eran las once, mas o menos, y tras  despedirnos de Jonny, (excelente anfitrión!) prometiendo antes otra visita, partimos rumbo a Cortegada.

El ritmo era excelente (hay que ver como anda la Mortadela… vaya cambio!), así que sobre las doce menos diez aproximadamente, estábamos sentados en el Buena Vista, enfrente del puesto que tiene la pulpeira Aurora, a la que encargamos un par de raciones de pulpo, que dicho sea de paso, no estaba tan bueno como otras veces… una pena, por que para nosotros era el mejor pulpo de la zona… . Consultados algunos amigos asiduos ese pulpo dominical, me informaron que ellos también notaron una merma en la calidad del pulpo de “La Aurora”… una pena, le daremos otra oportunidad y esperamos que mejore.

Aun así, como las primeras dos raciones las había pagado Borja, con fin de hacerse miembro de pleno derecho de la banda y merecedor de la pegatina acreditativa, pedimos otras dos, que acompañamos con otra botella de vino de la casa, que no estaba nada mal.

Mientras disfrutábamos de nuestra visita a Cortegada, aprovechamos para saludar al alcalde D. Avelino de Francisco que, como siempre vio un momento oportuno para vendernos una participación de lotería en beneficio de las fiestas populares. También estaban en el Buena Vista Benjamín (el del banco popular) y  Manolo (el de Zoila).

Alrededor de la una y medía, arrancamos dirección Val Miñor, por Portugal (como siempre), después de hacernos una foto en la frontera en Ponte Barxas, hicimos la subida al cruce de San Gregorio y de ahí, casi sin trafico hasta Valenca. Habíamos quedado de repostar en la gasolinera de Tuy.

Desde allí, Borja (con la sonrisa de saberse por fin miembro de la banda, tras muchos méritos para conseguirlo), se despidió camino de Vigo. El resto, cogimos dirección a Tuy, a donde se dirigían Mundo y Ricardo. Manolo, Jose y yo, nos separamos del grupo al pasar Anta, dirección a Tomiño, para subir por Vilachan y Tebra hacia Cristelos , Pinzas y p´acasa … disfrutando de las maravillosas curvas que esa carretera tiene para una Vespa.

En resumen un domingo para el recuerdo. Hacia tiempo que no disfrutaba tanto. La primera parada tempranera, con el descubrimiento de Javi y la maravillosa acogida de Jonny, y la visita a Cortegada por sorpresa, unido al buen tiempo, la carretera seca, la ausencia de contratiempos…. En fin, perfecto!!. Me gusta la banda, es un puto placer!

 

Saludos,

Febrero ( nuestros clásicos todos en una sola salida )

Muy divertida la salida de hoy, después de haber faltado a la salida de enero por problemas de salud,  tenía muchas ganas de Vespear. A pesar del temporal que estos días azota la costa Gallega, con su habitual contundencia (Aquí cuando sopla… sopla! Y cuando llueve…. Jarrea…), a las nueve y media (…y sin que sirva de precedente), nos dimos cita en la gasolinera de Mañufe como viene siendo habitual.

Richi llego tres minutos tarde, pero el que llegó tarde (como unos cinco minutos…) fue Javier, el cual tendría una sanción de 5 euros por ello… pero, como el tesorero, cada vez esta mas “blandito”… se libró de refilón de la pena. Hoy nos acompañaban, Borja, que últimamente empieza a ser una habitual y Manolo, un amigo de Carlos  que tiene una “moto” y que ya hace algún tiempo que le apetecía acompañarnos, es más, creo que tiene en mente convertirse en Vespero a tiempo parcial.  

Una vez allí, decidimos la ruta a seguir, ya que en la reunión del martes anterior, se había hablado de todo,  menos de ese punto. Enseguida decidimos ir a la Cueva, en Fornelos, y hacerlo subiendo por “O Cortelliño”, ya que, por la costa, las rachas de viento que se esperaban, dificultarían  bastante nuestra marcha (como siempre, Javi, a última hora quería variar recorrido...).

 A pesar de la lluvia caída la noche anterior, el cielo empezaba a despejarse. El Guru predecía  una mejoría considerable,  a partir de las diez de la mañana. La subida por ”O Cortellño”, a pesar de la cantidad de hojas y ramas que había en la carretera, estuvo bien, como siempre. Al llegar al antiguo campo de tiro al palto, nos hicimos la foto de rigor. Es una pena, que estén dejando crecer unos pinos que tapan la maravillosa vista que hay desde ese punto, sobre la Bahía de Baiona .

Una vez inmortalizado el momento, continuamos ruta hacia La Cueva, pero, al pasar por “Casa paco” en Torroña, de la cocina salía un aroma a guisote que hizo que la Vespa de Jose, se detuviese en seco. Serían las diez y pico, una buena hora para una tapa de fabes con corzo, un poquito de empanada recién hecha y una oreja que estaba en su punto. Una vez templados los ánimos, continuamos camino por Mavia,  hacia “La Cueva”, a donde llegaríamos sobre las once y algo para tomar unas tapas de callos y unos pinchos de la maravillosa tortilla que allí preparan. Como anécdota, decir que es la primera vez en mucho tiempo que vamos a la cueva secos, siempre vamos los días que jarrea.

Como hoy no se trataba de hacer muchos kilómetros, y hacia mucho tiempo que no visitábamos el Florentiña, asi que nos dimos un paseo por Goian, Figueiró, Tomiño, para subir por Vilachan. Como siempre, en la subida, y como el sol lucia y el asfalto ya se había secado, hubo la típica picada divertida en la subida. Al llegar a la rotonda de Cristelos y por si no habíamos hecha ya suficientes paradas, se nos ocurrió visitar el local de la comisión de fiestas, donde suele haber callosos domingos. Esta vez, no tenían callos, pero si una zorza muy rica y un jamón asado, que acompañamos con el tinto de casa que estaba muy rico.

De camino al Florentiña, a la DS de Jose se le rompió el cable del gas. Una vez lo hubo sacado de su funda, se fue para casa dando tirones de cable, por que estábamos cerca de casa  ya era tarde para ponerse a cambiarlo.  Así que Manolo, Jose Borja y Richi, pasaron por el Floren sin detenerse. Los demás hicimos una última paradiña para visitar a Miguel y Eva. Por cierto, Miguel me enseñó una foto de la 150 que esta restaurando y que tiene previsto que ruede la próxima primavera.

Buen domingo. Al final, buen tiempo, pocos kilómetros pero muy divertidos. Como dije antes, Borja se esta convirtiendo en un habitual. A ver si Manolo repite…

Me gusta la banda!